¿Alguna vez has sentido que una conversación se te fue de las manos porque la otra persona te malinterpretó? ¿O te has quedado atascado intentando expresar algo que tienes clarísimo, pero que no te sale como debería?
Empoderando a personas a descubrir su verdadero potencial y romper las barreras que les impiden avanzar
El metamodelo 1 se centra en la identificación y corrección de patrones lingüísticos que involucran omisiones, generalizaciones y distorsiones en el lenguaje de una persona. Por ejemplo, una persona podría decir “siempre fracaso en todo lo que hago” en lugar de decir “he experimentado algunos fracasos recientemente en algunas áreas de mi vida”.
El desafío es identificar el origen del impedimento y cuestionarlo, logrando expandir la capacidad de acción y el empoderamiento personal.
Por lo tanto, el lenguaje que usamos moldea nuestra percepción de la realidad. Así, cada palabra que elegimos conlleva una carga emocional y una serie de asociaciones que influyen en nuestra comprensión del mundo que nos rodea.
Es decir, cómo la persona construye su propia realidad subjetiva a partir de la información que recibe del mundo exterior.
La estructura de la experiencia de una persona se refiere a la manera en que esa persona organiza, procesa y da significado a la información que recibe a través de sus sentidos y de sus experiencias.
El objetivo del metamodelo es hacer consciente las limitaciones de nuestro mapa here psychological. Mediante el metamodelo una persona expande, explora y/o revisa su mapa psychological, detectando incongruencia, limitaciones o defectos, para que de esta forma puede tener un comportamiento más efectivo, congruente y saludable.
El metamodelo emplea el lenguaje para clarificarlo, nos previene de engañarnos a nosotros mismos, nos permite comprender lo que significan las palabras, vuelve a conectar el lenguaje con la experiencia.
La strategy al revisar las violaciones al lenguaje es poder comunicarnos de manera más prolija y completa. Esto lo logramos de dos maneras.
Los filtros mentales son los criterios que utilizamos para seleccionar la información que nuestro cerebro procesará. Esto puede generar una visión distorsionada de la realidad.
A través del uso del metamodelo, es posible acceder a información y significados que han sido omitidos o generalizados en la comunicación de una persona.
Se usan con frecuencia en el lenguaje cotidiano para evitar que la comunicación resulte demasiado directa o abrupta, o para mostrar respeto o consideración hacia el oyente.
Ahora bien, en el momento en que recurrimos al lenguaje para procesar nuestras experiencias (cuando nos comunicamos mediante palabras con otros o con nosotros mismos), esta estructura profunda sufre modificaciones, que se suman a las alteraciones dadas debido al hecho de que cada persona tiene sus propios procesos psicológicos, que reprimen, rechazan o eliminan experiencias desagradables. De esta manera, lo que decimos, es lo que se conoce como la estructura de superficie.